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Hace algunos días la selección colombiana de fútbol quedaba eliminada a manos de la selección chilena por cobros desde el punto penalti por los cuartos de final de la Copa América de Brasil 2019. Una vez más nuestras ilusiones quedaban hipotecadas gracias a la pobre actuación del combinado patrio en suelo brasileño, una actuación que acabó por devaluar a la generación más costosa de nuestra historia, pero que una vez más sigue sin ganar nada.

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Según la revista Portafolio, Colombia está cotizada en 323,15 millones de euros, la quinta parte de ese valor le corresponde a James Rodríguez; ninguno de los once titulares ese día contra los australes militan en el fútbol colombiano y solo cuatro de ellos no juegan en el balompié europeo, la élite del fútbol. Es claro que en algo se ha avanzado, pero la selección no gana nada y por el contrario es recibida en carro de bomberos por las calles de Bogotá cada vez que supera la fase de grupos de un evento internacional. Esta generación tiene que ganar algo, debe dejar de animar torneos y trascender de la mediocridad y de la zona de confort a un sitial victorioso, porque de lo contrario estará condenada a la tristeza colectiva año tras año.

No podemos seguir esperando algo que en la cabeza de todos creemos que va a pasar: levantar un trofeo. Nuestra cultura futbolera es derrotista, siempre pensamos que lo nuestro es robado, imposible o simplemente efímero, como una victoria ante Brasil o Argentina. Es hora de cambiar el chip y transformar nuestro pensamiento a algo realmente posible, tenemos jugadores en la élite europea, existe un proceso de varios campeonatos sudamericanos y mundiales juveniles, algunos de nuestros jugadores son pretendidos por los mejores equipos y han ganado las mejores competiciones y ya le demostramos al mundo que podemos ser el equipo que mejor juega a la pelota como en aquel 2014.

Colombia siempre tuvo un adn exquisito en cuanto a la pelota se refiere, ahora es cuestión de dar ese salto de calidad al que muchos piensan que no es posible llegar, nuestro lugar no es solo seguir participando y sucumbiendo ante los mejores, puede ser que nuestra historia nos haya golpeado y estigmatizado tanto que tengamos la autoestima por el piso, pero la realidad avanza y pone todo en su lugar, hoy el nuestro es el de la victoria, ¿llegará?

JUAN PABLO JARAMILLO LONDOÑO
TW: @pablo_0219
IG: Juan.pabloj

1 Comentario

  1. Totalmente de acuerdo con lo comentado en la narración, ya es hora de cambiar el chip de conformista o temeroso por el de ganar y buscar el éxito llegando hasta el final. Si lo hicieron nuestras chicas en los panamericanos de Lima porque no la mayor con el potencial que tenemos.

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