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Un oro más, nueve platas más, dos bronces más. Un total de doce medallas más. Siempre pesas, siempre boxeo, siempre ciclismo, siempre BMX, siempre patinaje; y por otro lado súmele deportes en los que pocas veces o nunca se había escuchado el himno colombiano en la premiación, tales como squash, bolos, surf, clavados, atletismo (aparte de Catherine Ibargüen), tiro con arco y fútbol femenino.

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Esto fue lo que quedó de los ya clausurados Juegos Panamericanos de Lima 2019, una de las tantas competencias para Colombia en el anhelado camino a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Todo muy bonito, aparentemente un año maravilloso para el deporte nacional si le añadimos además el título en Wimbledon obtenido por los tenistas Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, y el Tour de Francia de Egan Bernal.

Todo esto motivo de celebración suficiente para el deportista, para el entrenador, para el país que se atribuye dichos triunfos como propios; para el único que no parece ser suficiente es para el Estado.

En la propuesta del Presupuesto General de la Nación que se designará para el 2020, la tajada que le corresponderá al nuevo Ministerio del Deporte es un 12% menor con respecto a los supuestos 569.055 millones que se invirtieron este año. Ernesto Lucena, presidente de Coldeportes y quien será el nuevo ministro, afirmó a Caracol Radio que “el recorte corresponde a que no habrá dinero destinado a la infraestructura deportiva”.

Y digo supuestos 569.055 millones porque justo un día después la revista Dinero hizo una publicación en la que citaba al mismo personaje asegurando que la asignación de presupuesto a Coldeportes en 2019 fue de 500.000 millones de pesos y que para el 2020 habría un aumento del 10%, siendo así destinados 553.000 millones a esta entidad. Mejor dicho, más embolatado que la Selección Argentina de Baloncesto que perdió contra Colombia en los Panamericanos por asistir al compromiso con el uniforme incorrecto.

En algo sí tiene razón don Ernesto y es en que este ministerio merece un presupuesto anual de por lo menos un billón de pesos, que no es tan descabellado si pensamos en los 4,5 billones de pesos que se perdieron en corrupción en el año 2018, 4,5 billones perdidos en su totalidad.

Las cifras demuestran que Colombia crece en deporte y que puede aspirar a mejorar su puesto 23 de los pasados Juegos Olímpicos de Río 2016, que puede seguir ganando en lo que sabe de toda la vida y en las modalidades que está empezando a dominar, pero este constante crecimiento no es precisamente gracias al presupuesto destinado para ello.

El exfutbolista de la Selección Colombia, Faryd Mondragón, dijo públicamente a la vicepresidenta, Martha Lucía Ramírez: “sin usted esas niñas no estarían desempeñándose y representándonos bien”, refiriéndose a la presea dorada conseguida por la Selección Femenina de Fútbol el viernes en los Panamericanos.

No me puedo ni imaginar a Martha Lucía Ramírez sudando y luchando el balón como lo hacen las ‘súperpoderosas’, o por lo menos hasta ahora no ha impulsando algún proyecto en el que la Selección Femenina de Fútbol gane un poco más de ese 1% del salario que ganan las mujeres en comparación con el sueldo de la selección masculina.

Mariana Botero
@mariana.botero03

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