El 11 de diciembre de 1988, Nacional de Uruguay conseguía su segunda Copa Intercontinental de Clubes.
El decano charrúa se impuso en Tokio al PSV holandés, el juego finalizó igualado a dos goles en los 120 minutos, y los uruguayos lo ganaron en los cobros desde el punto penal.
El conjunto holandés era comandado en la defensa por Ronald Koeman, en la fase ofensiva jugaba Romario y era dirigido por Guus Hiddink.
Así recuerda Roberto Fleitas, DT uruguayo, ese día:
Así fue la definición de esa sufrida Copa para los sudamericanos: